Y entonces una mañana soleada, de los últimos días fríos de aquel invierno, se subió a su motocicleta checoslovaka de trecientos cincuenta centímetros cúbicos de cilindrada, y pegando una patada como a toda Jawa por el lado izquierdo, arranco su viaje, no sabia exatamente a donde ir, no sabia exactamente que iva a buscar, no sabia realmente nada...
Pero algo, no pequeño claro esta, vibraba en su interior, algo le decía corre vuela recorre, no estas en tu lugar, no se encontraba, no en su Castelar ni en su Argentina si no mas bien donde no se encontraba era adentro de si mismo,exactamente donde se guardan los sentimiento pero no los recuerdos, ahi, ahi mismo una especie de bestia furiosa con el carcelero que la retiene, desea huir de su prisión y enfrentar el viento con la cara, llenar sus lagrimales de emociones e inflar el pecho con su droga preferida, aquella la mas fuerte que un ser pueda conseguir, la adrenalina.
No mas que lo necesario para tres o cuatro días en ropa, arroz para una semana, nafta para 250 km y todos los repuestos que supieron entrar en un pequeño bolso, eran suficientes. Sabia que debía despegarse de todo! abandonar en lo material una maquina fiel como ninguna, terrorífica para muchos, incluso nombrada por sus pasajeros "senda secuestro" pero esta vez no se encontraba en condiciones de acompañarlo, ya estaba mas cerca del desarmadero que de las rutas, abandonar los lujos nunca fue difícil para el, el dinero nunca fue un menester, pero algo iva a apretar su pecho, algo le iva a quitar el aliento unos minutos. Dejó caer dos lágrimas, una por su familia y amigos que iva a extrañar hasta el cansancio, y otra por su mas fiel compañera...
La dirección seria el oeste, el vive donde nace y quería conocer donde muere, Mendoza tierra de añejados en roble era un lugar desconocido para él seria un punto clave, el fin, todavía incierto.
ni cerca del fin...
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